Todos sabemos que el dormir es muy importante para nuestra salud en varios aspectos importantes: afecta al metabolismo, la memoria, el estado de ánimo, la función inmunitaria y la salud cardiovascular.
La falta de sueño puede dificultar la realización de tareas básicas e incluso puede ser peligrosa, si los niveles de privación son demasiado pronunciados. La cafeína y otras sustancias que aumentan la energía se ingieren a menudo para compensar los bajos niveles de energía, la apatía en el trabajo y la falta de concentración, pero estas ayudas pueden ser sólo “tiritas” para los síntomas de una mala noche de sueño.
¿Ha pensado que quizá sea el momento de probar una nueva postura para dormir? Su forma preferida de acurrucarse en su colchon matrimonial o estirarse por la noche puede estar pasándole factura de varias maneras. Algunas posturas pueden suponer una carga excesiva para la espalda o dificultar la respiración. Si te encuentras dando vueltas en la cama por la noche, puede que tu cuerpo esté intentando decirte que necesita un cambio. A continuación te presentamos una comparación de las posiciones más populares y sus beneficios.
Dormir de lado
La postura más popular para dormir consiste en acostarse de lado, ya sea con los brazos extendidos o recogidos cerca de la cabeza. Las rodillas pueden estar rectas o dobladas de forma fetal. Mucha gente considera que ésta es la forma más cómoda de dormirse; facilita la respiración y complementa la curvatura natural de la columna vertebral. Si tiendes a estirar los brazos, puede tener efectos negativos en la circulación, ya que a veces ejerce demasiada presión sobre los nervios y los vasos sanguíneos, lo que a menudo puede hacer que te despiertes en mitad del sueño para cambiar de posición. Los brazos caídos a los lados pueden ayudar a aliviar los dolores de espalda y cuello. Intenta dormir sobre el lado izquierdo para aliviar el reflujo ácido y otros problemas estomacales que puedan molestarte. Prueba a dormir del lado derecho para reducir la presión sobre ciertos órganos internos, como los pulmones y el hígado. Estar demasiado acurrucado en posición fetal puede restringir la respiración profunda y no es ideal para la espalda, aunque se recomienda por comodidad y como remedio a los ronquidos. Acurrucarse con una almohada puede aliviar la presión sobre las articulaciones al ofrecer un apoyo adicional; prueba a colocar una entre las rodillas para pasar la noche.
Dormir de espaldas
También conocida como la “estrella de mar” o el “soldado”, dependiendo de lo mucho o poco que tienda a desperezarse, dormir de espaldas se considera la posición más beneficiosa para aliviar la columna vertebral, en general. Una ventaja añadida es que se supone que es la mejor forma de dormir para evitar las arrugas, ya que la cara no estará apretada contra nada durante horas y horas. Dormir boca arriba puede requerir algo de práctica si no estás acostumbrado a esta postura. Colocar una almohada debajo de las rodillas sirve de apoyo a las vértebras lumbares para conseguir una posición más normal de la columna. También puedes colocar una almohada a cada lado del cuerpo para crear un lugar donde apoyar cada brazo a los lados, creando así un pequeño nido acogedor para ti. Intenta no elevar los brazos por encima de la cabeza, ya que esto no es óptimo para la circulación y puede provocar alteraciones en el sueño, así como molestias en los hombros. El inconveniente de dormir boca arriba suele ser los ronquidos. Intenta que tu sueño sea más tranquilo asegurándote de que la almohada esté debajo de la cabeza y los hombros para facilitar la respiración y la posición del cuello.
Dormir boca abajo
Dormir boca abajo es supuestamente lo mejor para facilitar la digestión, pero puede suponer una gran tensión para el cuello, debido al ángulo pronunciado que hay que girar para colocar la cara para respirar. También es la posición más responsable de las molestias y el dolor de espalda, al tiempo que corta la circulación de los brazos y los hombros si se colocan alrededor de la cabeza. Si le gusta mucho dormir boca abajo y no desea cambiar del todo, haga pequeños ajustes en esta posición colocando una almohada bajo la pelvis para reducir las molestias en la zona lumbar al evitar la hiperextensión. También puede aumentar la comodidad de la columna cervical utilizando una pequeña almohada bajo el hombro hacia el que mira su cabeza para disminuir la rotación del cuello.
Ten en cuenta estos consejos para tu próxima siesta. Un mejor sueño en general equivale a un mejor mañana para ti (y para los que te rodean, si tu estado de ánimo tiende a fluctuar mucho). Entre los efectos más destacados de un buen descanso se encuentran la mejora de la concentración y la memoria, el aumento de los niveles de energía, la mejora de la función atlética, el aumento de la motivación y una actitud más positiva. Las investigaciones han demostrado incluso que unos hábitos de sueño adecuados pueden compensar en forma de más años de vida, lo que es un gran incentivo para tomarse el sueño en serio. Si no puede obtener las 7-9 horas recomendadas cada noche, encontrar la mejor posición puede al menos ayudarle a conseguir un sueño de calidad e ininterrumpido que se trasladará a las tareas y esfuerzos de mañana.